Sus paisajes antagónicos vienen dados por su diversidad climática (con sus corrientes marinas, vientos alisios y su orografía)
Empezamos por su capital, las Palmas de Gran Canaria, el paso de Cristóbal colon fue estratégico entre Europa, Africa y América, de ahí ese mestizaje cultural de la isla. En el barrio de la vegueta hay calles adoquinadas y edificios coloniales. Recomendamos ver la puesta de sol desde la playa de las Canteras (al fondo se puede contemplar perfectamente, el Teide)
Al norte, encontramos las plantaciones de plátanos, flores y verdor característicos, encontramos el pueblo de Arucas, con su impresionante Iglesia San Juan Bautista que es patrimonio histórico-artístico; también se encuentra Agaete, pueblo pesquero con piscinas naturales y con «el dedo de Dios» , un monumento rocoso natural con forma de dedo dirigido al cielo creado y destruido (solo queda la mitad) por la fuerza de la naturaleza.
Al este, proliferan las curvas, los valles y los barrancos, destacando el Parque Natural de Tamadaba
Al sur, nos encontramos con playas de arena fina y las dunas de Maspalomas, un fascinante paisaje de montañas de arena
En el centro se encuentra el punto más alto de la isla (1.949 metros) el Pico de las Nieves.
Muchas poblaciones rurales viven en el interior, entre rebaños trashumantes, bosques y monumentos volcánicos como el Roque Nublo y el Roque Bentayga.
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